Los diarios de Imre Kertész, publicados en varios volúmenes, comprenden medio siglo de una vida extraordinaria y ofrecen un íntimo relato del pensamiento y de la obra del escritor. A Diario de la galera (Acantilado, 2004), el desgarrador testimonio de treinta años de aislamiento en la Hungría socialista entre 1961 y 1991, lo sigue La última posada (Acantilado, 2016), que contiene sus apuntes entre 2001 y 2009, período en que el escritor fue diagnosticado con la grave enfermedad que sufrió hasta su muerte. El espectador, que reúne sus notas entre 1991 y 2001, concluye esta particular trilogía. En estas lúcidas reflexiones de la última etapa de su vida el escritor examina el cambio de régimen político tras la disolución de la URSS, la descorazonadora deriva de Hungría en las últimas décadas y el papel de intelectual público que le fue imponiendo su creciente fama. Y, a medida que pasan los años y se despide de las personas más queridas, contempla el paisaje de la soledad y se prepara para partir.