Nunca me había enamorado de nadie, ya fuera chico o chica, ni una sola persona que conociera.
Georgia piensa que no conoce el amor en el sentido más romántico de la palabra. Ha cumplido dieciocho años, pero no ha tenido una relación amorosa ni ha sentido un flechazo en toda su vida. Por eso la gente la considera rara y ella ha empezado a creer que padece alguna anomalía. Ahora que empieza la universidad, tal vez ha llegado el momento de descubrir cuántas clases de amor existen. Después de todo, nadie vive realmente sin amor.