Un retrato caleidoscópico para entender el país más grande del mundo a través de sus gentes.
Manel Alías ha trabajado más de siete años como corresponsal bajo el régimen de Vladímir Putin. Durante este periodo de noticias y reportajes, ha recorrido la inmensidad de Rusia, recopilando historias extraordinarias que no cabían en una crónica pero que ayudan a entender el país en su complejidad.
Una niña de cinco años que contempló pasmada, mientras plantaba patatas, el aterrizaje de Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la humanidad. El DJ ‘radiactivo’ que hacía olvidar con su música la muerte segura que perseguía a los liquidadores de Chernóbil. La mujer de la limpieza que se convirtió en la primera alcaldesa de una pequeña localidad. La bellísima imagen de la abuela que patina cada día sobre el lago Baikal. Las peculiaridades y la dureza de la vida en la zona habitada más gélida del planeta…
El autor rastrea con olfato de reportero los grandes temas que singularizan este país de guerra y poesía, pero también los hechos cotidianos más próximos, los que afectan a sus vecinos y a él mismo, y que resultan igualmente fascinantes a los ojos de los lectores. Historia, literatura, política, tradición, clima extremo, guerra y una belleza auténtica, singular, hecha de palabras y testigos. Esta es la materia prima sobre la que Manel Alías construye el relato poliédrico de un territorio y un pueblo alucinantes.
La crítica ha dicho...
«Un cronista impecable, referente para cualquier periodista». Xavier Aldekoa
«Su talento consiste en ofrecer una mirada propia, entendiendo que el paisaje y las personas también forman parte de esta realidad». Mònica Planas
«Manel Alías vive el periodismo en cuerpo y alma». Laura Rosel
«Un trabajo admirable en una zona crítica». Ramon Besa