El liderazgo y el trabajo en equipo son fundamentales para desarrollar muchos de los proyectos que dan forma a nuestra vida. Ámbitos como el empresarial, el educativo o el deportivo funcionan en gran medida gracias al liderazgo y la colaboración, circunstancia que debería servir de estímulo para mejorar su aprendizaje y su aplicación en nuestro día a día. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para que nuestros líderes basen su conducta en la ejemplaridad, la competencia o la buena educación cuando tienen que dirigir equipos hacia un destino común.
El símbolo secreto del liderazgo se adentra en las profundidades de la relación entre personas y explica que trabajar en equipo va de lograr metas comunes en un ambiente motivador en el que predomine la complicidad y el sentido de pertenencia. También describe que, para conseguir este objetivo, la credibilidad y el talento del líder son esenciales. Además, profundiza en uno de los elementos más importantes cuando hablamos de colaboración genuina: la confianza.
Para afrontar los cuatro desafíos del líder con éxito, en el libro se plantea que:
-Lo primero que hay que hacer es organizar bien al equipo.
-Lo segundo es motivarlo con maestría.
-Lo tercero es gestionar los cambios con determinación.
-Lo cuarto es resolver los conflictos con habilidad.
Vivimos en una sociedad con fuertes arraigos. Uno de los más extendidos cuando hablamos de dirigir personas es el que asegura que la mejor forma de demostrar el carácter del líder es mediante la imposición, el miedo y el enfado permanente. Sin embargo, la realidad nos demuestra una y otra vez que para convertirse en un líder inspirador y construir equipos realmente comprometidos, lo que realmente se necesita es confianza, pasión y compromiso. Como en otras facetas de la vida, la decisión sobre cómo liderar personas solo depende de cada uno de nosotros.